Prueba del Toyota Corolla 140H 5p: una navaja suiza, pero japonesa e híbrida

Esta prueba va sobre un coche que ha escrito su nombre en mayúsculas en el olimpo del automóvil. El Toyota Corolla lleva rondando por las carreteras de medio mundo desde 1966. No solo eso, sino que además puede presumir de haber superado las 50 millones de unidades vendidas con 12 generaciones.

El Corolla 2024 ha recibido algunas mejoras estéticas con respecto a la generación que apareció en 2019 y posiblemente sea la evolución más atractiva del coche en sus seis décadas de existencia. 

Está basado en una plataforma completamente nueva, durante cuyo desarrollo Toyota priorizó tanto el aspecto exterior como la conducción. Ahora parece que han logrado algo que conecta mejor con el conductor, aunque a eso llegaremos un poco más adelante. Ahora vamos a volver con lo de la plataforma.

La comparte con el nuevo C-HR, que es tan manejable como pueden ser este tipo de vehículos, pero el Corolla intenta llevarlo un paso más allá con una dirección más rápida, una suspensión trasera más avanzada y un centro de gravedad más bajo. 

De hecho, el ingeniero jefe del coche es muy consciente de que algunas personas piensan que ‘Corolla’ es solo un sinónimo de ‘aburrido’, pero cree que el nuevo aspecto y el manejo pueden cambiar esa percepción.

Motores más potentes

Seguramente no vas a sorprenderte si te digo que no hay motores diésel porque llevamos varios años así: ahora lo que llegan son dos opciones más potentes que sustituyen a las anteriores de 125 y 184 CV y que en todo caso siempre son híbridas.

El protagonista de esta prueba es el Corolla 140H. Tiene 140 CV (seguro que ya lo habías adivinado) y queda por debajo de la 200H con, aquí sí hay sorpresa, 194.

Aparte de ser más potentes, también mejoran en eficiencia: el 1.8 emite 100 g/km para (curiosamente el 2.0 litros se conforma con solo 96 aunque es mayor). 

En marcha, ha mejorado bastante, aunque solo sea porque la quinta generación del sistema híbrido está mejor aislada del habitáculo y no tienes tan presente esa molesta sensación de que hace mucho ruido y anda poco.

Interior de calidad que podría ser más espacioso

Antes de salir a carretera, me detengo en el interior. Si me preguntas, en líneas generales diría que es cómodo y espacioso, como el de cualquier compacto, pero sí es cierto que por ejemplo un Honda Civic va a dar mayor sensación de desahogo.

En Toyota han bajado la posición de los asientos 2,5 cm para una sensación más deportiva, algo que seguro que la gente que compra Corolla busca frente a cualquier cosa. En realidad la postura no está nada mal: los asientos de las versiones GR Sport recogen muy bien el cuerpo porque tienen un respaldo largo.

En cuanto a espacio y utilidad, te va a gustar el espacio que hay en la parte delantera, con huecos y una consola centra ordenada. 

Detrás la banqueta está algo más elevada que los asientos delanteros, el mullido bastante duro y la postura queda demasiado erguida. No es incómodo, pero tampoco se puede decir que sea ideal.

Antes de empezar la prueba del nuevo Corolla, déjame que vuelva a las plazas delanteras para analizar el sistema operativo. Desde el facelift de 2023 todos los modelos tienen un cuadro de relojes digital de 12,3 pulgadas con tres modos de visualización y varios campos de información personalizables. En los acabados superiores aparece también un Head-Up Display que se lee y entiende bastante bien.

A su lado, el panel del ‘Smart Connect’ de Toyota es una pantalla de 10,5" ofrece unos gráficos que no te van a hacer volverte loco, pero a cambio es fácil de usar. Además, Toyota ha usado el sentido común y ha mantenido el panel de control del climatizador con sus mandos físicos, aunque también hubiera estado bien aplicar esa receta y colocar al menos un mando giratorio para el volumen o un botón Home.

En marcha: cómodo y sin complicaciones

Si te digo que durante esta prueba del Corolla he disfrutado de una dinámica parecida a la del Yaris GR Sport, seguramente te podrías caer de la silla. Y es que es verdad que este Toyota híbrido no engaña: cumple con lo que promete de antemano, que es un ir y venir sin complicaciones.

En ciudad saca partido de la última generación del sistema híbrido (un 14% más ligero y otro 14% más potente) y rueda mucho tiempo en eléctrico, lo que beneficia no solo el consumo, sino la experiencia general.

Y es que la pega habitual de este tipo de motores sigue presente: la transmisión tipo CVT parece ser la más eficiente y robusta para estos coches, pero a cambio tienes que pagar u peaje en forma de revoluciones: puedes ir a 80 km/h a 4.000 vueltas sin razón aparente, lo que se traduce en un desacople entre la rumorosidad, el consumo y la sensación de velocidad.

Pero una vez entendido esto, lo cierto es que ofrece una gran calidad de rodadura: mucho aplomo en línea recta y buenas maneras cuando llegan curvas. Apenas balancea o cabecea, por lo que no vas a marear a tus acompañantes, pero tampoco te va a invitar a enlazar curvas.

Ni siquiera en el modo Sport, que vuelve todo más inmediato: estoy convencido de que con un cambio de doble embrague como muchos de sus competidores, el Toyota Corolla 140H que protagoniza esta prueba sería uno de los compactos (así, en general), que mejor irían en carretera.

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Etiquetas: Coches compactos, Coches híbridos