La historia Mazda RX-7 254i de Le Mans que casi desapareció de la faz de la tierra

Mazda RX-7 254i perdido de Le Mans
Foto del redactor Sergio RíosFoto del redactor Sergio Ríos

Mazda participó en las 24 horas de Le Mans en los años 80 con un coche que acabó desaparecido durante décadas: el Mazda RX-7 254i. Esta es su historia.

La historia de Mazda en Le Mans se puede asociar a un coche: el Mazda 787B de 1991, que salió victorioso y dejó a todos boquiabiertos por razones como su espectacular sonido. Sin embargo, la marca japonesa ya tuvo algún intento anterior en las 24 horas de Le Mans y hay un coche extremadamente raro que formó parte de aquellos comienzos: el Mazda RX-7 254i.

En la carrera de 1982, Mazda participó en esta inconfundible carrera de resistencia tomando lo que había aprendido de pruebas como las 24 horas de Daytona. Así creó el 254i, un coche basado en el Mazda RX-7 FB, pero que contaba con todo tipo de mejoras de competición. ¿Lo más llamativo? Su carrocería ancha, en la línea de lo que se podía ver en aquella época.

Por otro lado, el motor del RX-7 254i era un Wankel rotativo, obviamente. Se trataba de un 13B de dos rotores que podía entregar alrededor de 300 CV de potencia, lo que no estaba mal para un coche que pesaba aproximadamente 965 kg. Eso sí, no fue suficiente para ganar en las 24 horas de Le Mans.

Para aquella carrera, la firma japonesa llevó dos coches: el número 82 y el número 83. El primero contaba con Yojiro Terada, Allan Mofatt y Takashi Yorino como pilotos y acabó 14º en la clase general, así como sexto en su categoría. Mientras tanto, el segundo fue pilotado por Tom Walkinshaw, Chuck Nicholson y Peter Lovett. Llegó a estar octavo, pero se retiró tras 180 vueltas.

Sin duda, el resultado no fue como el que iba a obtener el Mazda 787B nueve años más tarde, pero sí fue importante para la firma, ya que esta fue la primera vez que pudieron acabar esta dura carrera. Aquello fue el comienzo de algo mayor y el primer paso de la siguiente etapa se produjo ese mismo año, con la FIA añadiendo la clase Grupo C de prototipos para esta carrera.

Esta regulación permitía hacer coches más locos, de manera que nació el Mazda 717C de 1983. ¿Y qué pasó con los RX-7 254i? Volvieron a Japón para participar en varias carreras, así como uno se pintó de color rosa y otro acabó siendo amarillo. Así, ambas unidades siguieron viéndose por algunos circuitos, aunque no tardaron en desaparecer de la faz de la tierra.

Mazda RX-7 254i perdido de Le Mans

En el caso del coche número 82, acabó destruido en un accidente acontecido en el circuito de Fuji. Mientras tanto, el 83 acabó los 1000 km de Fuji en 1984, se retiró posteriormente y desapareció durante años. Solo se volvió a saber de él en 2019, cuando lo descubrió en Okayama Isami Amemiya, fundador de RE Amemiya.

El coche estaba acompañado de otro de la IMSA estadounidense y, tras hacerse con ambos, Amemiya le ofreció el RX-7 de Le Mans a Masachito Ito, amigo y dueño de la empresa de componentes PowerCraft. No sabían exactamente qué tenían entre manos, pero no tardaron en conocer su historia. De hecho, pudieron confirmar que se trataba del coche número 83.

Esto último fue posible gracias a Tachimoto-san, que era mecánico jefe de Mazdaspeed en aquellos años. Al ver el coche, dedujo cuál de los dos era gracias a diferencias que había entre ambos. Por ejemplo, el sistema de frenos y la suspensión trasera, así como el chasis, que en el caso del número 83 vino de su predecesor: el 253i.

Mazda RX-7 254i perdido de Le Mans

Tras confirmarse que el otro coche acabó destruido en un accidente, no cabía duda. El coche que veis en las fotos es el Mazda RX-7 254i número 83, un bólido único y olvidado por casi todos… Incluyendo a la propia Mazda. Por suerte, no acabó desvaneciéndose y hace cuatro años se anunció que tendría una nueva vida, ya que iba a ser restaurado. Incluso podía recibir algunas mejoras.

Dicho esto, ¿qué sabemos en 2023 de este coche? Lo cierto es que hay poca cosa, ya que no se ha vuelto a hablar de él, así que suponemos que la restauración seguirá en marcha. Ha pasado tiempo, sí, pero un coche así necesita mucho trabajo, más aún siendo único. Solo esperamos poder verlo de nuevo muy pronto.

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Etiquetas: 24 Horas de Le Mans, carreras de resistencia, Japón, Motor, Coches japoneses, carreras de coches