¿Sabes por qué Google Maps no te lleva por la ruta más corta?

Tres trucos imprescindibles para que Google Maps funcione mejor

Gustavo López Sirvent

Muchas veces, cuando utilizas la aplicación del gigante tecnológico te manda por el camino más largo y no entiendes por qué. Quizás en esos momentos eches en falta la Guía Campsa de tu padre, pero en realidad todo tiene un por qué y está fuera de nuestro alcance...

Google Maps se ha convertido en el gran aliado de la mayoría de personas que tiene que viajar a un sitio para ellos desconocido, pero, ¿te has parado a pensar por qué hay veces que no te lleva por el camino más corto? A pesar de que la línea más corta es la recta, la aplicación decide de motu proprio tomar otras alternativas y ahora te explicamos los motivos.

Cuando te enteras de estas cosas, siempre te acuerdas de la Guía Campsa de tu padre, que, a pesar del desplegable, no fallaba. Tampoco lo hace la de la tecnológica californiana, pero tiene otras maneras menos rústicas de calcular tu ruta. 

A priori, el hecho de no coger la vía más corta obedece a que detecta que el trayecto más corto va a ser más lento, debido a algún impedimento, dígase un accidente registrado hace poco tiempo o que la intensidad del tráfico es alta. Si se da esa circunstancia entra en juego algo que nosotros no manejamos: los algoritmos. Sí, sí, esos de los que saben todo de ti sin tú saberlo.

Pues ese conjunto de instrucciones sistemáticas y previamente definidas que se utilizan para realizar una determinada tarea te desviará por una ruta alternativa que, siendo más larga, calcula que vas a tardar menos tiempo en llegar al destino al que quieres ir.

No obstante, también se puede car el caso de que viajes en horas donde apenas hay tráfico en la carretera y que la señora aplicación te pasee más de lo que quisieras porque su sistema interno así lo decide y te sigas preguntando cuál es la causa. Pues bien, otra vez aparece el detective privado llamado algoritmo.

Uno de los motivos es que Google Maps decide coger la ruta más rápida. Por consiguiente, cree que vas a tardar más tiempo en la ruta que tenías prevista en principio y decide darte una opción paralela más rápida aunque tengas que hacer más kilómetros. Aunque resulte paradójico, esos pitagorines silenciosos llamados algoritmos lo miden todo con precisión microscópica.

Una cara B de la aplicación nos conduce, nunca mejor dicho, hacia qué hábitos tenemos a la hora de conducir. Los parámetros que sigue esta tecnología es que si tu vehículo pasa habitualmente por una calle en concreto, Maps la considera útil y la utiliza cuando tengas que solicitar indicaciones, ya que en su fuero interno detecta que la usas de manera cotidiana.

Y una vez más, aparece el algoritmo. Si tienes la costumbre de uilizar atajos entre callejones o coger calles no transitadas, el señor Google te copiará por el efecto espejo, es decir, como tú lo haces, yo también.

Siempre tendrás la opción de ser tú quien pueda elegir una ruta diferente a la que te ofrece la aplicación, siempre y cuando sepas que no hay inconvenientes como el tráfico o accidentes. Sólo tendrás que cambiar la ruta presionando sobre alguna de las alternativas que aparecen en color gris, en vez de la azul y lo tendrás hecho.

En cambio, si lo prefieres, existe la opción de revisar el apartado de Controles de Actividad de la cuenta que usas y, si lo crees oportuno, destactivar el historial de ubicaciones y la actividad web & apps para que se te dejen de personalizar los resultados en los diversos servicios de Google. Pero que sepas que esto conlleva a que no tengas acceso a la cronología ni a otras tareas.