El verdadero primer Mustang: el Ford Mustang I Concept

Ford Mustang I Concept (1962)
Foto del redactor Sergio RíosFoto del redactor Sergio Ríos

A principios de la década de 1960 se creó el prototipo de un deportivo roadster con una futura versión de competición y un motor V4 situado en posición central. ¿Su nombre? Ford Mustang I.

Todos conocemos el Ford Mustang, ese deportivo americano que llegó a las carreteras a mediados de los años 60 y que es a día de hoy una leyenda del automovilismo. Sin embargo, ¿sabías que la denominación Mustang ya perteneció a otro modelo de la marca unos años antes? Así es el Ford Mustang I Concept.

La década de 1960 trajo consigo grandes cambios en el mundo del motor y uno de los fenómenos que se pudo apreciar fue la llegada de coches más deportivos, pequeños y ligeros. Fue en estos años en los que estuvieron en auge los roadster británicos de firmas como Austin-Healey, así como estaban ganando popularidad coches como el Corvette.

Ante esto, Ford tuvo la idea de crear su propio deportivo, con la idea de rejuvenecer su marca y de adentrarse en competición dentro de la Clase G del SCCA (Sports Car Club of America). Así, se empezó a configurar un coche cuyo estilo fue el fruto del trabajo de diseñadores de la marca como Eugene Bordinat y Philip T. Clark.

De esta forma, se hizo realidad un coche de 3,9 metros de largo, 1,57 metros de ancho y 996 mm de alto. Destacaba por su carrocería, pero también por elementos como su parabrisas de plástico, la barra antivuelco incorporada y el hecho de que los asientos formaran parte la estructura del coche. En su lugar, para ajustar la postura se movían el volante y los pedales.

 

Junto a esto, otra peculiaridad del Ford Mustang I era su mecánica, ya que no se optó por un motor V8 frontal. En su lugar, se decidió utilizar un motor V4 de 1,5 litros traído de la división alemana de la marca, el cual se colocaba en posición central y se asociaba a una caja de cambios de cuatro marchas.

Con una potencia de 89 CV para la versión de calle y 109 CV para la de competición, esta fuerza se enviaba al eje delantero, mientras que elementos como los discos de freno en estas ruedas anteriores servían para lograr el mejor rendimiento. También con este fin se montó una suspensión independiente y se buscó lograr la mayor ligereza, dejando el peso en apenas 700 kg.

Con estas cualidades, el coche estaba listo y se decidió que se bautizaría ‘Mustang’. Esa fue la idea del diseñador de Ford John Najjar, quien quiso hacer una referencia al avión P-51 Mustang, ya que este deportivo estaba inspirado también en la aviación. Eso sí, este nombre acabó siendo utilizado en otro modelo más exitoso y conocido por todos en un futuro.

Sea como fuere, con el proyecto completo, se crearon dos ejemplares del Ford Mustang I Concept: una maqueta de fibra de vidrio y un ejemplar funcional. Este último se pudo ver por primera vez en el GP de Estados Unidos de Fórmula 1 de 1962, con una vuelta de demostración llevada a cabo por Dan Gurney. Así se presentó al mundo este curioso deportivo.

Una vez dado a conocer, el coche se mostró en diversos eventos automovilísticos y, aunque llamó la atención de muchos, se percibieron algunos problemas. De entrada, llevar el coche a la producción en serie parecía difícil por su configuración de motor central. Además, el público no parecía estar totalmente entusiasmado con su posible llegada, ya que hubo reacciones variadas.

Ante esto, se lanzó otro prototipo en 1963 que sí obtuvo la acogida esperada: el Mustang II, que ya adelantaba algunas formas del Mustang que todos conocemos. Este sí utilizaba un motor central y el público sí parecía estar interesado en él, de manera que toda la atención se centró en este proyecto.

De esta forma, el Ford Mustang I Concept nunca fue más allá y jamás llegó a las calles ni a los circuitos, aunque no desapareció. Si bien solo se creó un ejemplar funcional, fue donado al Museo Henry Ford en 1974, donde nuestros compañeros de Top Gear UK lo han visto recientemente y cualquiera puede conocer su historia.

Sin lugar a dudas, la versión del deportivo con esta denominación que sí alcanzó la producción en serie fue un acierto y una prueba de ella es su dilatada vida comercial, con una popularidad que sigue vigente 60 años después. Ahora bien, ¿cómo habría sido contar con un Mustang con motor central? Por ahora, tendremos que seguir con la duda…

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Etiquetas: prototipos, Motor, Concept Cars