Así era la suspensión 'RevoKnuckle' del Focus RS MKII

Ford Focus RS MKII

Gustavo López Sirvent

Este deportivo, que vio la luz en el año 2009, tenía como una de sus grandes características la suspensión delantera que trabajaba conjuntamente con el diferencial autoblocante Quaife. Además, contaba con un motor Duratec de cinco cilindros que desarrollaba 305 CV con un par motor de 440 Nm.

 Decir RS (siglas de Rally Sport) en Ford es decir salvajada, brutalidad en forma de deportivo, quizás uno de los modelos con más personalidad de la marca del óvalo. Hoy nos detenemos en su segunda generación el RS MK II que la firma estadounidense lanzó en el año 2009. Un coche que abandonó las formas redondeadas de su antecesor para dejar unas líneas más agresivas y más aerodinámicas.

Como buen descendiente de los Focus RS-WRC que triunfaron en el Mundial de rallys, había que mantener en lo más alto esta saga de vehículos de altas prestaciones, que no defraudó a nadie a la vista del éxito que obtuvo en sus ventas.

Aquí nuestro amigo tenía bajo el capó un motor Duratec de cinco cilindros y 2.5 litros (con el turbo soplando a 1,4 bares) que alcanzaba 305 CV de potencia a 6.500 rpm, con un par motor de 440 Nm  (entre las 2.300 y las 4.500 rpm), aceleraba de 0 a 100 km/h en tan sólo 5,9 segundos y alcanzaba una velocidad punta de 263 km/h.

Todo este bloque mecánico iba asociados a una caja de cambios de seis velocidades, el diferencial Quaife y una suspensión reforzada de la que te hablamos a continuación. Asimismo, incluía un nuevo sistema de admisión y escape para ayudar a la refrigeración y respiración, y un turbocompresor más grande que generaba un aumento de potencia del 35 por ciento si lo comparábamos con el Focus ST.

Como te decíamos, hacemos hincapié en la que entonces fue una innovadora suspensión delantera llamada 'RevoKnuckle', que trabajaba conjuntamente con el diferencial autoblocante Quaife. 

Esta tecnología combinaba la sencillez de la clásica McPherson, con unos ajustes de geometría que rebajaban considerablemente la influencia del par cuando apretabas bien duro el acelerador o cuando las ruedas motrices sobrepasaban los niveles de adherencia y daban un tirón al volante. Era ahí cuando ofrecía un excepcional equilibrio entre estabilidad y tracción. 

Esta suspensión montaba dos piezas separadas, en vez de la tradicional mangueta de suspensión regular de una pieza. De esta manera, equipaba una parte fijada al tirante y otra que rota con la línea de dirección del coche. 

Con todo, este deportivo optimizó una mejor conducción ya que también incorporaba unas vías 40 mm más anchas, transmisiones más robustas y largas, nuevos muelles y amortiguadores y una barra estabilizadora trasera más larga y resistente.

Este coche estaba colmado de detalles porque su dirección también se mejoró para lograr una respuesta al giro más rápida, a la vez que tenía más precisión. 

Igualmente, el apartado de seguridad también tuvo mejoras. Los frenos y las pinzas se renovaron respecto a la primera edición del RS con unos discos ventilados de gran diámetro, tanto delante como detrás, con un sistema antibloqueo con Distribución Electrónica de la Fuerza de Frenado (EBD) y un Programa Electrónico de Estabilidad (ESP) de Ford de serie.

Los componentes de diseño cumplen con una importante tarea para cubrir las mayores prestaciones en aerodinámica y refrigeración. Por esta razón instalaba un destacado splitter delantero, un alerón trasero estilo WRC y un venturi trasero, para generar los niveles correctos que necesita un vehículo de estas características. 

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Etiquetas: coches rápidos, coches clásicos